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​Debido a que la figura de la doula no se conoce ni reconoce en general, mucha gente confunde la función del acompañamiento y las equipara con otras profesiones de cuidado. Es importante recalcar que la doula no es personal de salud; su función no es la de velar por la salud de la diada madre/bebé, sino construir un espacio cómodo para que la madre ejerza su papel como desee. Las doulas reconocemos en la matrona la figura profesional encargada de la salud reproductiva de las mujeres, y como mujeres que también somos, entendemos el valor de su profesión y la respetamos. 

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En los distintos códigos éticos existentes de las diferentes asociaciones que nos agrupan, se recogen ciertos límites y principios en el ejercicio de nuestras funciones. Resumo aquí algunos de esos límites. 

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• La doula no emite juicios.

• La doula no guía, no aconseja, no te dice por dónde ir.

• La doula no hace terapias ni ofrece tratamientos. No propone métodos ni los recomienda.

• La doula no realiza diagnósticos. No realiza ningún procedimiento sanitario.

• La doula no interviene en tu salud. No vigila estados ni se hace responsable de ningún acto médico. 

• La doula no te dice cuándo tienes que ir al hospital. No reconoce ni es su función verificar el estado del trabajo de parto. 

• La doula no es personal sanitario ni sustituye nunca su presencia. Es una figura de apoyo. 

• La doula no atiende partos ni acompaña partos sin asistencia. 

• La doula no toma decisiones por la madre. Las apoya.

• La doula no es psicóloga ni terapeuta emocional. Escucha desde la no intervención. Deriva cuando es necesario.

• La doula no es personal doméstico, pero puede echar una mano en casa si lo necesitas.